La microfibra es una tela tejida que consta de microfilamentos interconectados mediante un tejido satinado, lo que le confiere una suavidad especial y resistencia a las arrugas. Estas características la acercan al algodón en términos de rendimiento.
Historia y producción
La tecnología de producción de microfibra se desarrolló en 1976 en Japón, aunque las fibras más finas se producen desde la década de 1950. Esta tela está compuesta principalmente de polímeros, como poliéster y poliamida. Los hilos sintéticos son tan delgados que el peso de cientos de miles de metros de fibra no supera los 6 gramos.
Para crear un hilo de alta calidad, se requiere gran precisión y equipo especial, como extrusoras, máquinas diseñadas para ablandar y dar forma a polímeros y otros materiales. Antes de formar la tela, los hilos de poliamida se colocan en forma de estrella, creando así un hilo doble. Este se sumerge en poliéster que ha sido sometido a tratamiento térmico, fundiéndose y luego pasando por filtros. Después de este proceso, el hilo se enfría, el poliéster se separa de la base y se produce la microfibra. Tras todos los procedimientos de procesamiento, se forman espacios microscópicos en las fibras, permitiéndoles absorber una gran cantidad de humedad.
El resultado es una tela duradera y confiable que se puede teñir en cualquier color, lavar y utilizar para crear una variedad de productos, desde prendas de vestir hasta textiles para el hogar.
Ropa de cama de microfibra: ¿qué es?
- Suavidad, calidez y agradables sensaciones táctiles.
- Firmeza al desgaste y a las influencias mecánicas.
- Mayor permeabilidad al aire debido a los numerosos poros entre las microfibras.
- Propiedades hipoalergénicas e higiénicas: los microorganismos nocivos, los hongos y los parásitos no se originan en la microfibra.
- Facilidad de cuidado, lavado y secado: la microfibra no se desprende, no se encoge, no se enrolla y prácticamente no se arruga (es decir, no necesita planchado); se seca rápidamente.
Desafortunadamente, en el mercado se pueden encontrar prendas de baja calidad, por lo que es crucial tener precaución con:
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Materiales sintéticos disfrazados como microfibra: Sus fibras no son tan finas ni suaves, y carecen de poros.
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Tintes tóxicos o de baja calidad: Algunos fabricantes poco escrupulosos podrían utilizar tintes tóxicos o de mala calidad, lo que resultaría en telas que destiñen.
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Producción de microfibras: Este es un proceso complejo y de alta tecnología que requiere habilidades especializadas. La producción artesanal de productos de calidad es prácticamente imposible.
Para asegurarte de comprar productos dignos, es recomendable hacerlo en tiendas con buena reputación. Se desaconseja el uso de ropa de cama de baja calidad para evitar posibles alergias, erupciones cutáneas, picazón y trastornos del sueño.
Cuidado de la ropa de cama de microfibra
Para prolongar la vida útil de tu juego de cama de microfibra, mantener su rendimiento y ofrecer a tu familia un sueño saludable, es importante seguir estas sencillas reglas:
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Lavado a mano y en lavadora: La microfibra puede lavarse tanto a mano como en lavadora.
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Temperatura óptima del agua: Se recomienda usar una temperatura de agua de alrededor de 40 grados para el lavado.
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Evitar suavizantes y blanqueadores: La ropa de cama de microfibra no tolera los efectos de los acondicionadores suavizantes ni los blanqueadores.
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Secado natural: Se debe secar al aire libre o en el interior, pero siempre lejos de aparatos de calefacción.
La mayoría de los compradores elogian la microfibra por ser cómoda, agradable al cuerpo, hipoalergénica y suave. Destacan la rapidez con la que se seca, su ligereza, suavidad, practicidad y durabilidad. Con el cuidado adecuado, la ropa de cama de microfibra proporcionará comodidad y belleza durante muchos años.