Ropa de cama: la clave del confort
Elige sábanas de algodón o microfibra para mantener el calor sin sobrecargar. Los quilt de invierno y los plumones o microfibra añaden una capa extra de calidez. Prueba superponer diferentes texturas para un efecto acogedor y estiloso.
Cortinas gruesas para retener el calor
Las cortinas no solo decoran, también aíslan del frío. Opta por telas gruesas como terciopelo o lino térmico, que bloquean corrientes de aire y conservan la temperatura ideal. Además, en colores cálidos como beige, terracota o burdeos, sumarán una sensación envolvente.
Iluminación suave y cálida
Las luces frías pueden hacer que el ambiente se sienta más gélido. Sustituye las bombillas blancas por luces cálidas y agrega lámparas de mesa o guirnaldas de luces tenues. Esto creará una atmósfera relajante, ideal para el descanso.
Cojines y textiles envolventes
Los cojines de diferentes tamaños y materiales, como borrego o lana, invitan al descanso y aportan un toque decorativo. Las alfombras mullidas, además de ser un placer para los pies descalzos, ayudan a mantener la sensación de calidez en el dormitorio.
Aromas que abrazan
Los aromas también influyen en la sensación de calidez. Velas con fragancias de vainilla, canela o lavanda, o difusores con aceites esenciales, pueden convertir tu dormitorio en un refugio sensorial ideal para el invierno.
Con pequeños cambios, tu dormitorio puede convertirse en un verdadero santuario de calidez y confort. ¡Prepárate para disfrutar del invierno como nunca antes!
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