1. Imagínate un día lluvioso de invierno bendecido por la visita de tu gran familia, con varios niños incluidos. ¿Qué es lo que hacen los cabros chicos al entrar en el living de la casa ajena? Obviamente, ¡subirse al sofá con los pies sucios! Y más encima con un chocolate derretido en la mano… Como resultado, mínimo habría que encargar el lavado en seco. Pero si tus muebles están cubiertos con fundas no te amenaza el ataque al corazón ni gastos imprevistos. Disfruta de la visita de los angelitos y apenas se vayan sólo echa las fundas en la lavadora.
2. Los niños no son los únicos asesinos de los muebles. Las mascotas representan otro peligro para los tapizados y el premio al terminador más eficiente se va… ¡a los gatos! Por eso existen fundas hechas de una tela especial con tecnología de estiramiento en doble dirección, remedio mágico para salvar tus muebles de las uñas felinas. La tela le parece al gato un resorte y no le causa ningún placer afilar las uñas de esta manera.
Una nueva funda para sillón o sofá te ayuda a resfescar el ambiente de la casa, agregar un foco de color o textura sin incurrir en gastos elevados. Puedes comprar un par de juegos de fundas y cambiarlas cada temporada o dependiendo de tu estado de ánimo. ¿Te arriesgarías a comprar un sofá rojo? Mmmm… no estás seguro, ¿cierto? Pero la funda roja es un experimento de poco riesgo. ¡Y recuerda que las telas italianas se ven caras y siempre llaman la atención!
7. Tal vez acabas de conocer a la chica de tus sueños y, ¡tremenda sorpresa!, ella aceptó tu invitación. Pero tus muebles no son nuevos ni tampoco andan de la mano con las tendencias actuales en el diseño de interiores. ¿Comprar unos nuevos para impresionarla? No, no queda tiempo. Pero las fundas las puedes poner prácticamente en un abrir y cerrar de los ojos, incluso te quedará tiempo para preparar una cena romántica.
8. Tu polola o pololo son personas conscientes y les gusta participar en las acciones comunitarias como plantar árboles en la plaza o separar la basura. Actos tan nobles y útiles como sucios. Imagínate que esta linda persona irrumpe en el departamento y feliz y cansada se echa al sofá. ¿Tendrás tiempo para un ¨cuidado, no te sientes¨?
9. Tampoco dejemos de lado otro tema de mucha actualidad: la desinfección adecuada. Lavar las fundas es mucho más fácil que desinfectar el tapizado del sofá. Y, como todos ya sabemos, la limpieza es la mejor barrera contra los virus.
10. A veces, para inspirarnos, sentirnos de buen humor y listos para los cambios necesitamos hacer muy poco. Tal vez sería suficiente sólo cambiar el aspecto del living, ¿qué crees tú? ¿Ya te animaste a comprar tu primera funda?