Ropa de cama ligera: la clave del frescor
Olvídate de los tejidos pesados y abraza materiales transpirables como el algodón o el lino. Estos tejidos permiten una mejor circulación de aire y absorben la humedad, ayudándote a mantenerte fresco incluso en las noches más calurosas. Elige colores claros como blanco, beige o tonos pastel para potenciar la sensación de frescura.
Colores relajantes: menos es más
El verano es la temporada de la calma, así que apuesta por una paleta de colores que inspire tranquilidad. Los tonos azules suaves, verdes pálidos y grises claros no solo refrescan visualmente, sino que también promueven una atmósfera relajante ideal para el descanso. Combínalos con acentos naturales como madera clara o fibras vegetales.
Cortinas ligeras: luz sí, calor no
Deja entrar la luz natural sin comprometer la frescura instalando cortinas de tejidos ligeros como voile o lino. Estos materiales filtran el sol, evitando que el calor se acumule en la habitación, mientras crean un ambiente luminoso y acogedor.
Plantas y detalles naturales
Incorpora plantas de interior que purifiquen el aire, como la sansevieria o el pothos, para añadir un toque verde y revitalizante. Los accesorios en ratán, mimbre o bambú también aportan frescura y estilo tropical.
Haz de tu dormitorio el rincón perfecto para el verano con estas ideas prácticas y llenas de estilo. La combinación adecuada de materiales, colores y detalles naturales transformará tu habitación en un refugio fresco donde el confort siempre está presente.