Hay un momento en la vida de todo mueble, que por muy bueno que sea, necesita un cambio de imagen, incluso si no está viejo ni deteriorado. Ya sea por su uso, estilo, cambio de temporada… Un refresh a tu querido sofá siempre viene bien, pero considerar los altos costos de reparación y tapicería hacen de esta una tarea un poco difícil, sin tener en cuenta el tiempo que tomaría y el espacio vacío en tu casa durante todo el proceso.
Una solución magnífica que te permitirá darle una segunda (y tercera) oportunidad de deslumbrar en tu living a tu cómodo mueble regalón y actualizarlo sin gastar de más es una funda. Su rápida instalación evitará que sufras el síndrome del nido vacío con el espacio donde solía estar tu sofá, puedes disfrutar de su renovación de manera exprés y te ahorrarás un dineral con una funda que calza como guante.
La resistencia de una funda la convierte en la mejor aliada de las familias con niños, amantes de las reuniones y fanáticos de sus mascotas. Disfruta de la comodidad de tu sofá con los que más quieres sin preocuparte de ensuciar el tapiz. Si ocurre algún accidente solo quita la funda, métela en la lavadora y listo. Incluso puedes secarla en secadora y mantendrá su elasticidad, suavidad, resistencia y vibrantes colores.
Una funda no sólo puede ayudarte a darle un nuevo look o renovar tu antiguo sillón, sino que también será tu mejor partner para proteger de daños futuros a tu mueble favorito y disfrutarlo por mucho tiempo y también ahorrando mucho dinero.