Heredar muebles antiguos es tanto una bendición como una carga. Lograr que encajen en la decoración que ya tenemos en la casa y darles un nuevo aire parece una tarea difícil y que requeriría una inversión importante en tapicería. Es por esto que muchas personas prefieren guardar los muebles clásicos y dejar olvidadas estas verdaderas joyas del diseño interior. Pero con esta tendencia lo difícil quedó atrás y convivir con esa pieza de historia familiar, conservando el sentido patrimonial y la elegancia, es posible y con un resultado ultra chic. Así que es buen momento para caer en cuenta que lo retro jamás pasó y es hora de empoderar nuestras herencias para que nos acompañen en nuevas aventuras e incluso que sobrevivan para las nuevas generaciones.
Intégralo
La idea de decorar con muebles propios y otros heredados es muy especial por lo que integrarlos a la decoración sin que parezca forzado es fundamental. Por suerte los muebles antiguos combinan con varios estilos decorativos, además muchos cuentan con la versatilidad suficiente como para darle un uso diferente que no es más que un plus. Perfectos para estilos acogedores como el Provenzal, Mediterráneo; como para estilos modernos y contemporáneos añadiendo carácter y sentido de patrimonio.
Utiliza un antiguo baúl como mesita de noche, un arrimo barroco como rack para tu televisor, un hermoso ottomano como mesa, un gran closet como aparador… dale un nuevo uso a tus herencias y que el pasado conviva en el presente.
Protégelo
Los muebles antiguos suelen ser mucho más resistentes que los de ahora. no por nada han sobrevivido tanto tiempo. Pero eso no quiere decir que debamos quitarle importancia, es más, si quieres que la herencia familiar continúe con su línea de sucesión más vale verificar su estado.
En el caso de los muebles de madera es importante asegurar que no exista presencia de termitas o polillas para luego sellar con barniz los lugares donde puede aparecer madera expuesta.
Si el mueble tiene un tapiz seguro es una de las partes que más nos preocupa conservar impecable. Para esto, una excelente solución es limpiarlo y cubrirlo con una funda. De esta forma podemos proteger las fibras de la tela del desgaste del uso diario y al mismo tiempo evitar manchas que ensucien el tapiz. Si llega a ocurrir un accidente, quitamos fácilmente la funda y la lavamos en la lavadora, incluso la podemos secar en máquina y ésta mantendrá su resistencia, suavidad y color. Así aseguramos la conservación de las memorias de nuestros antepasados en nuestros muebles heredados.