Por qué comprar una funda es una buena inversión

Por qué comprar una funda es una buena inversión

Decorar un living no es una tarea sencilla. Y para peor, ni siquiera es barato. A la hora de planear su sala de estar, cualquier persona tiene que hacer números: el costo del sillón o los sillones, la alfombra, los muebles, las luces, etc. Al final, todo eso puede ascender a una buena suma. Por eso, muchas veces, es normal dejar de lado la funda para el sofá. Si es posible prescindir de ese gasto, ¿para qué hacerlo?

 

Sin embargo, quizás haya que tomar distancia de la situación y pensarlo fríamente. Porque las fundas para sillones son, en realidad, una muy buena inversión. Solo ocurre que, como la mayoría de las buenas inversiones, esto no se revela inmediatamente, sino en el mediano plazo. Y si todavía tienes alguna duda, aquí ofrecemos ¡tres razones por las cuales comprar una funda es una buena inversión!

Durabilidad

Comprar una funda es pensar en el largo plazo. Los sillones pueden parecer muy robustos, pero en realidad son muebles bastante delicados. Todo aquello que los hace tan cómodos también los vuelve frágiles: son blandos, mullidos, flexibles. ¡Cualquiera que tenga una mascota lo sabe muy bien! Un cachorro de gato puede arruinar un sillón cama en tan solo unos minutos. Y eso sin siquiera ponernos a hablar de los cachorros humanos...

Una buena funda puede proteger un sillón durante muchos años. Garantiza, entonces, que la inversión realizada en el sofá no fue en vano, y en el largo plazo es sin duda la decisión más redituable.

Flexibilidad

¿Cuándo fue la última vez que intentaste remodelar la casa? ¿Y redecorar el living? En el diseño de interiores, como en la moda en general, las tendencias pasan rápido. Más o menos cada cinco años, nuevos estilos empiezan a dominar la escena. Pero no hace falta ser un apasionado de la decoración de interiores para querer modificar algún ambiente de tu casa. El tiempo, el aburrimiento y las mudanzas son razones suficientes.

Sin embargo, los sofás y los sillones son los muebles más difíciles de modificar, por lo menos a nivel estilo. Uno siempre puede pintar una cajonera de otro color, pero ¿un sillón en L? Eso es más difícil. Allí es donde entran las fundas, que permiten renovar el mobiliario sin hacer una gran inversión. En vez de comprar un sofá nuevo, puedes cambiarle la funda por un costo mucho menor, y adaptarlo así al nuevo estilo de tu living.

Higiene

 

Desde hace ya varios años, la gente presta mucha atención a la higiene de sus casas. No es para menos: gran parte de las enfermedades y alergias que sufrimos podrían ser prevenidas con una adecuada limpieza del hogar. Por supuesto, todos sabemos cómo limpiar un piso o una biblioteca. Hay productos especializados y de aplicación sencilla: el asunto se soluciona con tal solo pasar un trapo.

Los sillones, por otro lado, son un asunto aparte. Todos sabemos que una limpieza superficial no es suficiente. La mayoría de los sofás son porosos y están llenos de recovecos. ¿Quién sabe qué clase de criaturas pueden habitar dentro de los pliegues de un sillón reclinable? Además, al estar hechos de telas muy diversas, suelen ser sensibles a ciertos procesos, y una mala limpieza puede arruinarlos para siempre.

Algunas personas resuelven ese asunto comprando espuma para limpiar sillones, un producto caro y de uso restringido; otras deciden contratar servicios especializados en limpieza, y pagar la tarifa correspondiente. En este contexto, quizás la opción económicamente más razonable sea comprar una funda. Los productos de Eurofundas son muy interesantes en este sentido: no solo se pueden lavar cómodamente en el lavarropas, sino que además vienen con la función higiénica higienizada integrada, un tratamiento contra bacterias que además evita los malos olores. Teniendo todo esto en cuenta, comprar una funda parece sin dudas la mejor opción.