Fundas especiales de jacquard: el algodón también puede ser duradero

Fundas especiales de jacquard: el algodón también puede ser duradero

Las texturas son fundamentales a la hora de decorar un ambiente. Una buena tela puede ser la diferencia entre un sillón aburrido, que transmite desánimo a toda la habitación, y una pieza vibrante y enérgica. Por eso, a la hora de elegir una funda, es importante pensar de qué material estará hecha. Cada tela tiene sus virtudes, y el jacquard no es la excepción.

¿Qué es el jacquard?

El jacquard fue creado a principios del siglo XIX por Joseph Marie Jacquard, un comerciante textil que inventó un modelo especial de telar mecánico. (Un dato curioso: ese telar ¡es considerado una de las primeras máquinas computacionales de la historia!). La particularidad de su invención era que funcionaba con tarjetas perforadas, cosa que la convertía en un aparato hasta cierto punto programable. Gracias a esas tarjetas, operadores novatos podían confeccionar telas con tramas muy complejas en poco tiempo. 

El aspecto del jacquard se caracteriza por tener patrones simétricos integrados al tejido. Los dibujos no son una estampa o un teñido, sino una trama cuidadosamente diseñada, a veces integrada por hilos de distintos colores y grosores. Por esta misma razón, suele ser una tela resistente y muy llamativa a la vista. Además, conserva todavía algo de su origen decimonónico, cosa que lo convierte en un tejido de aire aristocrático, un poco recargado, ideal para usar en tapizados y fundas.

Estilo arabesco: sutileza y sofisticación

Típicamente, el jacquard presenta diseños del tipo arabesco: simétricos y repetitivos. Es el tipo de trama que puede integrarse fácilmente a un objeto sin deformarse, y que también funciona muy bien desde el punto de vista táctil. Los diseños del jacquard le agregan una cuota de interés a casi cualquier mueble, por más básico que sea su diseño. En este sentido, sirve tanto para acompañar ambientes recargados como para hacer destacar ciertas piezas dentro de una decoración más minimalista.

Esto en cuanto a la tela en sí, pero ¿qué ocurre con las fundas? La cuestión es que el jacquard se presta muy bien para ese tipo de cosas. Las fundas de jacquard de Eurofunda, por ejemplo, son en un 60% algodón y tienen un aspecto sólido y robusto. Combinado con su calce elástico, esto significa que pasan prácticamente desapercibidas. ¡Dan la sensación de ser el tapizado original!

El jacquard también cuida tus sillones

Una de las principales razones para usar una funda es la protección. Un sillón es un objeto caro, y por eso mismo no queremos vernos en la obligación de reemplazarlo rápidamente. Una taza de café inoportuna puede arruinar el tapizado más hermoso. Esta fragilidad se vuelve particularmente problemática en casas con niños y mascotas, que suelen tener poco respeto por los muebles.

Algunos creen que las fundas de jacquard, con sus diseños tan elaborados, son sobre todo un accesorio estético. Lo cierto es que ¡tienen razón! Las fundas de jacquard se ven muy bien. Pero esa no es su única virtud. También defienden a tu sofá de las garras de los animales y de las manchas de todo tipo. Además, son fácilmente lavables, hipoalergénicas y con pH neutro.

Conclusión

El jacquard es la tela ideal para hacer fundas. Su consistencia sólida, su textura atractiva y su diseño sofisticado son todo lo que queremos en ese tipo de productos: protección, practicidad y estilo. Una funda de jacquard puede convertir al sillón más aburrido en una pieza interesante; y puede, a la vez, protegerlo de los riesgos del día a día. Además, su calce elástico es tan perfecto ¡que ni siquiera notarás que está ahí!